Israel Fernández retoma la fiesta del flamenco en Pirineos Sur

Israel Fernández retoma la fiesta del flamenco en Pirineos Sur, DelfinJSF

Israel Fernández, anoche. Foto: DelfínJSF

El cantaor toledano se estrenó en el escenario flotante de Lanuza para presentar “Pura sangre”, uno de los discos más destacados de los últimos años del género.


Lin Cortés, haciendo honor a su fama de mezclar géneros, redondeó una noche en la que el flamenco volvió a ser el protagonista.

Lanuza, 7 de julio de 2024. Haiku Comunicación. El primer fin de semana de la XXXI edición de Pirineos Sur se ha cerrado con dos noches dedicadas al flamenco que sirvieron para crear una radiografía del estado de salud de este género inmortal. Si en la primera noche destacaron propuestas tan consagradas como el homenaje a “La leyenda del tiempo” y el concierto de Estrella Morente, ayer brillaron por mérito propio Israel Fernández y Lin Cortés, dos de los artistas más relevantes e innovadores del momento.

Abrió la noche Lin Cortés que, por primera vez, actuaba en Pirineos Sur. El jienense ha desarrollado una carrera en la que ha fusionado con elegancia el flamenco con el soul o el funk. Pero para su estreno preparó un setlist de formato más clásico, más íntimo, lleno de detalles. Se presentó ante su público solo, elegantemente vestido, cantando sus penas. Traje blanco, camisa negra, guitarra rojo sangre, arte en las venas.

Entre palmas, coros, guitarras, bajo, cajón y vientos confeccionó un concierto sólido, con un repaso a su repertorio clásico (“Minotauro”, “El jardín de la memoria”, “La duda”…), con oportunas versiones (“Y será verdad” de Vicente Amigo, “Entre dos aguas” de Paco de Lucía); sin sobresaltos, pero con efectiva pegada. Con la noche ya entrada, Cortés fue cogiendo ímpetu y no pudo mantenerse en la silla, para acabar con el público más que satisfecho y regalando una de las canciones más esperadas de la jornada, “Novia moderna”.

Israel Fernández también se estrenó anoche en el escenario flotante de Lanuza. Venía a presentar su último y muy bien recibido trabajo, “Pura sangre”. La portada del disco es un hermoso caballo, pero para el cantaor la belleza está en la sinceridad. Es algo que su música transmite, con una voz que sabe impactar en el oyente, y que logra trasladar a sus conciertos, siempre bien acompañado de la guitarra de Diego del Morao.

Sentado, también vestido como la ocasión merece. Fernández apostó por el rojo, gris y negro, pero con la misma elegancia y con el porte que le otorga su larga melena. Ané Carrasco a la percusión, Marcos Carpio y Ángel Moreno “Pirulo” a las palmas, flanqueando al cantaor y guitarrista, comenzaron con el impulso de las palmas de “La soleá de mi casa”. Pero, al tercer tema, Fernández y del Morao se hicieron dueños únicos del escenario para tocar un tango flamenco.

Esto no fue más que el inicio de una serie de momentos para el recuerdo de la noche: la colaboración con Lin Cortés en el escenario, el lucimiento a las seis cuerdas del Morao para entonar una bulería y los dos temas que regaló Fernández solo al piano, que resultó imponente. Porque el cantaor además de poseer unas canciones por encima de la media, posee una presencia escénica, una voz y un sentimiento al alcance de muy pocos en este momento.

¿Quién actuará la semana que viene?

La música regresará al escenario de Lanuza el jueves 11 con la presencia de Meute y Rodrigo Cuevas. Los primeros se definen como marching band tradicional pero con mucha influencia del techno. De origen alemán y formada por once miembros, esta banda recorre el mundo interpretando versiones de temas electrónicos (como “You and me” de Disclosure o “Reg” de Âme, con la que se dieron a conocer) con los instrumentos característicos de una banda clásica. Rodrigo Cuevas es una de las figuras más importantes de la nueva escena de música de raíz renovada. Le avalan ya multitud de premios y reconocimientos, pero lo más importante es la gran aceptación popular que han recogido sus conciertos de estos últimos años, trabajos tan sobresalientes como “Manual de cortejo” (2019) y canciones tan aplaudidas como “Muerte en Motilleja” o “El día que nací yo”. El año pasado publicó “Manual de romería”, un disco que ha ocupado las posiciones más altas de las listas de todos los medios de comunicación. Sus conciertos son una fiesta colectiva, una rave, en la que se mezclan de manera muy fluida la modernidad y la tradición, coronados por su magnetismo personal.

El viernes 12 será el día que uno de los grupos indie más importantes de los últimos años se estrene en el escenario de Pirineos Sur. Vetusta Morla se dieron a conocer en 2008 con su primer disco, “Un lugar en el mundo”, con el que cambiaron la escena indie española. Desde entonces no han parado de publicar álbumes (“Mapas”, “La Deriva”…) y canciones (“Valiente”, “Maldita dulzura”, “Copenhague”, “Cuarteles de invierno”…) que han calado en dos generaciones ya. Están a punto de publicar nuevo disco y este concierto será uno de los últimos antes del parón que se tomarán durante dos años. Abrirán en esa noche los prometedores Airu, que acaban de publicar su primer álbum, “Con lo bueno y con pena”. El cuarteto bilbaíno fusiona de manera sobresaliente el pop, el indie rock y la  electrónica, encontrando un equilibrio entre las guitarras y los sintetizadores.

Loreena McKennitt se subirá al escenario flotante el sábado 13. Esta veterana artista canadiense, cargada de espiritualidad, es autora de una decena de álbumes de estudio con los que se convirtió en la indiscutible reina de la música de influencia celta, reconocida en el mundo entero gracias a sus más de catorce millones de discos vendidos. En 1991 publicó  “The Visit”, el histórico trabajo (cuatro veces platino en Canadá y disco de oro en Estados Unidos) que está recuperando, más de treinta años después, en esta gira de aniversario.

Cerrará el segundo fin de semana una vieja conocida del festival: Lila Downs (que ya ha actuado en dos ocasiones). La cantante mexicana, ganadora de un Grammy y 6 Grammy Latinos, llega a Lanuza el domingo 14 para presentar su último trabajo, “La Sánchez”, y para ofrecer al público canciones populares de su repertorio: “Son del chile frito”, “Cariñito”, “Cucurrucucú” y “Cumbia del Mole”. Lila Downs, con una de las voces más poderosas y singulares que existen en el mundo, canta relatos en contra de la injusticia social, e historias de mujeres de Latinoamérica, especialmente, las de origen indígena y las trabajadoras. Su música posee influencias que van desde la música folclórica y ranchera de México hasta la música del sur de Estados Unidos, cruzando barreras y generando sonidos que van desde el, jazz, blues o hip hop.

Pero esa misma jornada contará con otra figura clave de la fusión cultural, como es Mulatu Astatke.  El multiinstrumentista etíope es considerado como progenitor del ethio-jazz. Se formó en los 60 en Londres, donde estudió clarinete y piano. Continuó en Nueva York y Bostón y fue el primer estudiante africano en conseguir un doctorado de Berklee College of Music. En los 70 trabajó con importantes músicos, como Duke Ellington, y fue entonces cuando comenzó a fusionar la música latina y el jazz con la tradición etíope. Su fama saltó en occidente cuando el vivero artístico del hip hop estadounidense empezó a utilizar sus creaciones como inspiración para las propias.

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